Este lunes 7 de enero será un día muy especial para el deporte en Estados Unidos. A eso de las 20.30 (22.30 de Chile) muchas actividades se detendrán para encender el televisor y mirar la final del fútbol americano universitario. El ritual es anual, pero este año tendrá un sabor especial ya que se miden Notre Dame y Alabama, dos universidades de las más exitosas y tradicionales, y que reflejan la importancia y popularidad de esta actividad en el país del norte.
La historia del fútbol americano ha estado siempre de la mano con el desarrollo a nivel universitario: ahí están sus orígenes y expansión, mucho antes de la consolidación de la NFL. Aunque con una versión más parecida al fútbol inglés, el primer partido oficial de este deporte data de 1869, en un duelo entre las universidades de Princeton y Rutgers. Cinco años después en Harvard ya se jugó algo más similar al fútbol americano actual y este deporte se convirtió en uno diferente al rugby o al fútbol cuando Walter Camp, de Yale, escribió las primeras reglas, que entre otras cosas establecía el número de jugadores, el pase hacia adelante y la obligación de avanzar como mínimo 10 yardas en un máximo de cuatro oportunidades. VER GUIA DEL FUTBOL AMERICANO
Esa larga tradición del fútbol americano universitario explica su popularidad, al punto que es la segunda liga favorita en Estados Unidos, igualada a la Major League Baseball y por sobre la NBA, según la encuesta publicada en enero de 2012 por Harris Interactive. La NFL es la número uno.
Pero hace unos 60 años no era así. No había todavía Super Bowl, pero sí Rose Bowl y otros tazones que hacían del fútbol americano universitario una actividad mucho más popular que la profesional NFL. Las grandes figuras de este deporte salían de las aulas y los grandes equipos eran los amateur de los universidades de Notre Dame, Michigan, Oklahoma, Alabama o de las academias militares del Ejército y la Marina de Estados Unidos.
Aunque gracias a la televisación de los partidos y el Super Bowl la NFL tuvo un gran salto desde la década de los 60, el fútbol americano universitario no ha decaído en popularidad y cada sábado entre septiembre y comienzos de diciembre concentra gran atención, tanto a través de la televisión como en los cerca de 50 partidos que se juegan por fecha siempre colmados de hinchas.
La gran falencia que tiene el fútbol americano universitario es su intrincado sistema para elegir al campeón. La NCAA nunca ha tenido un mecanismo oficial para premiar al mejor de cada año, situación que sí ocurre en el básquetbol universitario. A eso se suma que cada equipo disputa apenas 12 partidos por temporada y así es imposible jugar contra todos, y tampoco hay un sistema de playoffs como en la NFL. Es por eso que desde 1930 el «campeón» sale de un ránking creado por la agencia de noticias AP, al que luego se le sumó el de UPI (actualmente es del diario USA Today). El primero encuesta periodistas y el segundo, entrenadores. Como no necesariamente coinciden en el número uno, en más de una ocasión han existido dos campeones, aunque el ránking más respetado es el de AP, por su tradición y continuidad.
En los últimos años las grandes universidades y las conferencias donde están alojadas han buscado distintas alternativas para encontrar una mejor fórmula. La más reciente el Bowl Championship Series, que determina los equipos participantes en los cuatro principales tazones universitarios (Rose Bowl, Orange Bowl, Sugar Bowl y Fiesta Bowl) además de los dos mejores equipos de la temporada que van a la gran final, según la selección de un complejo sistema, que mezcla los ránkings de AP y USA Today, más otras variables matemáticas como la dificultad en el calendario que enfrenta cada equipo.
Afortunadamente la presión de distintos sectores por perfeccionar el sistema, incluyendo al presidente Barack Obama, permitirá desde 2014 un playoff entre los mejores cuatro equipos de la temporada.
Este año la final se disputará el lunes 7 de enero en el Sun Life Stadium de Miami, la casa del Orange Bowl, desde las 22.30 de Chile (transmite ESPN). Tanto Notre Dame como Alabama tienen una gran tradición en este deporte, con ocho títulos nacionales cada uno según AP, y nombres históricos asociados a ambos equipos: como los entrenadores Knute Rockne, Frank Leahy, Ara Parseghian por el lado de los «Fighting Irish» y el gran Paul «Bear» Bryan como icono inmaculado de los «Crimson Tide»
Justamente, en un partido histórico disputado el 31 de diciembre de 1973 se enfrentaron en el Sugar Bowl Parseghian y Bryan, duelo que terminó 24-23 a favor de Notre Dame, coronándose campeones nacionales.
En 2012 se vuelven a encontrar en la definición por el título, arrastrando todo el peso de la historia. «Los Fighting Irish» de Notre Dame están en el corazón del fútbol americano universitario y la pasión única que genera este equipo ha sido retratado en famosas películas, como «Knute Rockne, All American» (con la actuación de Ronald Reagan) y la famosa «Rudy». Luego de largos años de fracasos (no es campeón desde 1988 y desde 1993 que no pelea por el número uno), el equipo de los cascos dorados cerró el 2012 con una temporada perfecta: 12 triunfos, ninguna derrota, generando gran atención mediática. El líder es el apoyador interno Manti Te’o, quien en el próximo Draft de la NFL debería estar entre los seleccionados de la primera ronda. La ofensiva está a cargo del promisorio Everett Golson, jugador de primer año que se ha consolidado con el transcurso de la temporada.
La situación de los «Crimson Tide» de Alabama es totalmente distinta: de la mano del prestigiado entrenador Nick Saban han ganado dos de los tres últimos títulos nacionales. Y si bien durante la temporada perdieron sorpresivamente ante la Texas A&M, llegan a esta final gracias a una poderosa línea ofensiva (varios de ese grupo serán seleccionados en la primera ronda del Draft de la NFL) que podría neutralizar a la peligrosa defensa de Notre Dame. Aunque este año no tienen un jugador del nivel del corredor Trent Richardson -ahora en la NFL con los Browns-, entre el mariscal A. J. McCarron y el receptor Amari Cooper pueden causarle más de un dolor de cabeza a los «Fighting Irish».
Notre Dame vs Alabama. «Fighting Irish» vs «Crimson Tide». Cascos dorados vs los carmesí con el número de cada jugador. Toda la tradición del fútbol americano universitario para definir al campeón de 2012 y escribir un capítulo muy grande en los libros de historia.