Por televisión es uno de los grandes eventos deportivos del mundo; en vivo, es una experiencia inolvidable. El Super Bowl es mucho más que tres horas de fútbol americano…Ok, cierto, frase cliché, pero exacta a la hora de describir este espectáculo, que no se remite a un duelo deportivo ni al show del medio tiempo. Es mucho más que eso: por una semana, la ciudad sede se viste de gala y respira fútbol americano en cada esquina, al punto que son muchos los hinchas que viajan para ser parte de esta fiesta pero no van al partido.
Uno de los puntos que concentra la atención en los días previos a la final es NFL Experiencie, un parque interactivo dedicado principalmente a los niños, que usualmente se emplaza en los gigantes centros de convenciones de las ciudades norteamericanas, y en el que hay firmas de autógrafos por parte de jugadores, venta de todo tipo de merchandising y clínicas para que los menores vivan este deporte, pateando a los palos o recibiendo balones en mini canchas.
Toda esta fiesta consume una buena cantidad de dólares de los hinchas. Más aún si es que alguien quiere viajar desde el extranjero, como desde Chile, por ejemplo. El mayor costo del Super Bowl es la entrada al partido: para la final de esta temporada, que se jugará el 3 de febrero en el Superdome de Nueva Orleans, el ticket más barato está en US$ 2.300 en el anillo superior, según el sistema de reventa que tiene la NFL con Ticketmaster (oficialmente, la entrada más barata cuesta US$ 800 pero los hinchas nunca vez estos boletos, ya que antes se reparten entre los equipos, el equipo local y la liga). En este mercado, por ahora el ticket más caro supera los US$ 13 mil.
Como en Estados Unidos la reventa es legal y está organizada, hay muchos otros sitios que también ofrecen entradas para el Super Bowl, además del oficial de la NFL y Ticketmaster. Al ser un mercado variable, a medida que se acerque el evento es probable que los precios suban, aunque tampoco hay que descartar ofertas de última hora, como el año pasado, cuando sorpresivamente en el día del partido se remataron boletos casi al valor original. En la final de 2012, el valor promedio de la entrada quedó en poco más de US$ 2,9 mil.
En el caso de la NFL Experience, que en Nueva Orleans se instalará en el Centro de Convenciones Ernest N. Morial desde el miércoles 30 de enero al domingo 3 de febrero, ahí no hay reventa: el boleto adulto cuesta US$ 25 y el de niño, US$ 20.
Al costo por una entrada, hay que sumarle el del alojamiento, que por estos días en la urbe de Luisiana escasea, ya que además del Súper Tazón están en la antesala del tradicional carnaval de Mardi Gras.
Para unir todas estas variables y intentar simplificar -que no necesariamente va de la mano de «ahorrar»- la vida a los hinchas, la liga tiene un programa llamado NFL on Location, que ofrece distintos paquetes para cada partido y eventos de la temporada. En el caso del Super Bowl, el plan más barato cuesta US$ 5 mil por persona e incluye una entrada para el partido en las filas superiores del estadio, tres o cuatro noches de alojamiento, acceso VIP el día del partido, un menú premium en una zona especial del estadio, bar libre y un cupón con US$ 50 para comprar merchandising. El mismo paquete para una habitación doble cuesta US$ 4 mil y sin alojamiento, US$ 2,8 mil.
El plan con las mejores entradas (a la altura de la cancha), comienza desde los US$ 8.000 y, además de lo anterior, incluye comida y bebestibles a la carta, una bolsa de regalo con souvenirs…y acceso a la cancha una vez terminado el Super Bowl.