Falta casi un año para Super Bowl XLVIII y las polémicas ya comenzaron. En rigor, nunca se han acallado desde que la NFL tomó la arriesgada decisión de jugar la final de la próxima temporada en Nueva York, el 2 de febrero de 2014, en pleno invierno, y más encima en el moderno MetLife Stadium, un estadio sin techo.
Ahora el foco de los cuestionamientos es que, por primera vez desde su inauguración en 1992, en el próximo Super Bowl no se levantará el NFL Experience, un parque temático, especialmente dedicado para que los niños vivan el fútbol americano al recrear distintas facetas del juego. La noticia fue dada a conocer por la revista Sports Business Journal , en la que se explica como razón principal la falta de un centro de convenciones grande y adecuado para este parque.
En su reemplazo, según Al Kelly, CEO del Comité Organizador Local, “el Super Bowl Bulevar será el centro de la interacción con los hinchas en los días previos al evento» y estará ubicado en Broadway, en un espacio de 10 cuadras, entre las calles 44 y 34 (ahí esta la famosa Time Square, como la imagen que aparece en la foto en la última tormenta en Nueva York), aunque el tráfico de las intersecciones no será cortado. «Los auspiciadores podrán realizar sus actividades: se pueden instalar minicanchas y escenarios», ratifica Kelly.
El problema, según informa Sports Business Journal, es que la ausencia de la NFL Experience sorprendió a varios de los sponsors, que en New Orleans para el Super Bowl XLVII, no sabían de esta determinación.
La misma revista también reporta que la liga está implementando un plan de contingencia en caso de encontrarse con un mal tiempo para el Super Bowl en Nueva York, tal como el que azotó la ciudad el 9 y 10 de febrero de este año. Las medidas serían drásticas, e incluirían retrasar el partido los días que sea necesario, o incluso adelantarlo para el sábado, si una eventual tormenta está prevista para el domingo. En el papel, eso suena muy coherente, pero en la práctica un cambio a última hora impactaría en los vuelos de los hinchas y en los horarios de transmisión del evento por TV.
La elección de Nueva York como sede de un Super Bowl ha estado llena de polémica desde un comienzo, ya que es la primera vez que este partido llega a la ciudad más grande de Estados Unidos, acostumbrada a grandes eventos deportivos. Por lo mismo, el temor es que la final de la NFL pase inadvertida o el fervor que se vive en otras sedes, se diluya.
También existe mucha preocupación por el clima. Tradicionalmente, la liga elige como sede del Super Bowl ciudades del sur, como Miami, Nueva Orleans o Phoenix, para escapar del frío que afecta al norte durante el invierno de Estados Unidos. Las contadas excepciones, como Detroit, Minneapolis o Indianápolis, se disputaron en estadios techados.