Los jugadores de la NFL aparecen con lamentable en frecuencia en las noticias policiales, ya sea por posesión de drogas, manejo en estado de ebriedad, peleas con armas o incluso por efectuar disparos. Pero la acusación contra Aaron Hernandez reúne dos componentes singulares: el ala ofensiva es una de las figuras de los New England Patriots (en agosto del año pasado firmó un contrato de US$ 41,1 millones por siete años, con un bono de US$ 12,5 millones) y fue acusado de asesinato en primer grado, cargo que de ser cierto le podría costar cadena perpetua.
La situación de Hernandez se comenzó a complicar el lunes 17 de junio por la tarde cuando fue encontrado el cuerpo de Odin Lloyd, de 27 años, en un parque industrial a poco más de un kilómetro de la casa que el ala ofensiva tiene en North Attleborough, pequeño pueblo ubicado a unos 60 kilómetros de Boston y cercano a Foxborough, donde se encuentra el estadio y los campos de entrenamiento de los «Patriotas». Lloyd, un jugador semiprofesional de fútbol americano, era conocido de Hernandez e incluso, según algunas versiones, era la pareja de la cuñada del tight end de New England.
En los días siguientes al hallazgo del cuerpo de Lloyd, la policía visitó en varias ocasiones la casa de Aaron Hernandez hasta que este miércoles 26 de junio lo arrestaron y llevaron esposado para leerle los cargos (imagen principal). El fiscal acusa al jugador de dispararle tres veces a Lloyd cuando este se bajó de un auto y luego efectuar dos nuevos disparos contra el pecho de la víctima.
Entre las pruebas que exhibe la fiscalía están que algunos videos de vigilancia muestran a Hernández recogiendo a Lloyd a las 2.30 am del día en que fue asesinado; imágenes de una persona que no se logra identificar que se baja de un auto con un arma e ingresa a la casa de Hernández después de que se habría producido el crimen; un auto similar en color y marca al que el jugador había alquilado ir y venir desde el sitio donde se encontró el cuerpo de la víctima, y que en dicho vehículo se encontró una vainilla de bala que calza con las que fueron halladas en el lugar del homicidio.
Hernandez se declaró «inocente» cuando le leyeron los cargos de asesinato y otros cinco más. Quedó detenido y no se le fijó fianza. Uno de sus abogados caracterizó las pruebas de la fiscalía como «débiles y circunstanciales».
Apenas 90 minutos después de que se informara de la detención, los New England Patriots comunicaron que le ponían fin al contrato con el jugador. Según fuentes de NFL.com, la decisión se había tomado la semana pasada, cuando comenzaron las investigaciones policiales, y no este miércoles. El comunicado de los «Patriotas» expresaba pesar y condolencias a la familia de Lloyd y que «las palabras no pueden graficar la decepción que sentimos al saber que uno de nuestros jugadores fue arrestado por esta investigación».
A todo esto se suma que este jueves 27 de junio, el diario Boston Globe comunicó que Hernandez también es investigado por su relación con un doble homicidio ocurrido en julio del año pasado, en un barrio de Boston, luego de una pelea entre dos grupos en un bar. En uno de esos grupos habría estado el jugador de los Patriots. Según la información de prensa, los investigadores policiales analizan la posibilidad de que Odin Lloyd conociera los detalles de la participación de Hernandez en ese caso.
Aaron Hernandez tiene 23 años y llevaba tres temporadas con los Patriots. De orígenes puertorriqueños, nació, se crió y estudió en Bristol, Connecticut, desde donde emigró para enrolarse y jugar por la Universidad de Florida. En los «Gators» tuvo de compañero al mariscal Tim Tebow y logró un título nacional. A nivel profesional con New England logró fama -junto al otro ala ofensiva del equipo, Rob Gronkowski- gracias a sus gran habilidad para bloquear, pero también para atrapar balones y anotar, estas últimas características poco habituales entre los tight ends. En parte gracias a las variables ofensivas de Hernandez y Gronkowski, los Patriots llegaron al Super Bowl en la temporada 2011, pero perdieron la final ante los New York Giants.
Un reportaje publicado este miércoles por la revista Sports Illustrated, escrito antes de que se conociera de la detención de Hernandez, reveló que el jugador era muy cercano a su padre, quien falleció en 2006, y que entre el staff técnico de la Universidad de Florida existía preocupación por el tipo de amistades que mantenía desde su época escolar. De hecho según este artículo, pese a sus cualidades, Aaron Hernández fue recién seleccionado en el lugar 113 del Draft de 2010 debido a la preocupación que generaba entre varios equipos de la NFL su supuesta relación con algunas pandillas de su ciudad.
Sports Illustrated también informa de una demanda civil en contra Hernandez interpuesta por una persona -con antecedentes por tráfico de drogas- quien acusa al jugador de haberle disparado y causado la pérdida de un ojo. Este incidente habría ocurrido en febrero de este año, en un local nocturno de Miami.