Los 49ers y la ciudad de San Francisco se quedaron con la organización del simbólico Super Bowl L, que se jugará el 7 de febrero de 2016, celebrando 50 años del evento deportivo anual más importante del mundo y que sólo en Estados Unidos reúne a unas 110 millones de personas junto al televisor. La gran apuesta del equipo y la ciudad del norte de California es el moderno Levi’s Stadium (la firma de jeans se quedó a comienzos de mayo con los derechos del nombre del recinto) que se construye en el suburbio de Santa Clara y que desde el 2014 reemplazará al histórico Candlestick Park como la casa de los «Mineros».
El estadio de Santa Clara, más la decisión de los legisladores de Florida de no respaldar un proyecto de US$ 350 millones para refaccionar el estadio de Miami (la otra ciudad que pustulaba), fueron la combinación suficiente para lograr la mayoría de los votos emitidos por los 32 propietarios de equipos de la NFL ayer en Boston, en el marco de la reunión de primavera de la liga.
El Levi’s Stadium, ubicado a unos 60 km del centro de San Francisco, promete convertirse en uno de los estadios más modernos y a la vez más ecológicos del mundo: según el diseño de los 49ers, el agua para regar la cancha será reciclada y y el recinto funcionará gracias a cientos de paneles solares que proveerán la energía. Además, la tecnología que instalarán le permitirá a cada uno de los asistentes a través de sus smartphones mirar las mejores jugadas; revisar con un app especial cuán largas están las filas para ir al baño o para comprar nachos; en algunos casos ordenar comida y cerveza hasta los asientos; pagar con esto aparatos e, incluso, ocuparlos en vez de los tickets para entrar al estadio.
Otras de las cartas de los «Niners» fue el factor histórico, ya que el primer Super Bowl también se jugó en California (en Los Angeles) y la final de la NFL no se realiza en este estado desde el 2003 (San Diego). El área de San Francisco sólo había recibido este evento una vez, en 1985, pero se jugó en el estadio de la Universidad de Stanford y no en Candlestick Park.
Luego de elegir a San Francisco, los dueños de los equipos votaron por la ciudad sede del Super Bowl LI entre Houston y Miami, que había quedado en esta instancia como premio de consuelo. Finalmente, y como castigo a la decisión de los legisladores de Florida, la NFL se inclinó por la ciudad del sur de Texas como sede de la final que, tentativamente, se disputará el 5 de febrero de 2017.