Los escándalos de fútbol americano no son una novedad en Miami, pero generalmente los protagonizan los Hurricanes de la Universidad que lleva el nombre de la ciudad, y no el equipo profesional de la NFL. Pero esta vez, son los Dolphins los que han acaparado las portadas de los principales medios deportivos de Estados Unidos con un escándalo que mezcla bullying, mentiras, cobros y racismo.
Los protagonistas –aunque una investigación de la NFL podría arrojar nuevos nombres- son los linieros ofensivos Richie Incognito y Jonathan Martin (en la foto, Incognito con el 68 y Martin con el 71).
Todo comenzó a salir a la luz pública a fines de octubre cuando Martin (jugador de segundo año, selección de segunda ronda en el Draft de 2012), se fue del club alegando estrés emocional. A los pocos días, un reportaje de ESPN a cargo de los especialistas Chris Mortensen y Adam Schefter reveló que Martin estaba agotado del bullying por parte de algunos de sus compañeros, donde el principal instigador era Incognito (jugador de séptimo año, selección de tercera ronda en el Draft de 2006).
Otras revelaciones de estos periodistas de ESPN apuntan a que en abril de este año Incognito habría forzado a Martin a “colaborar” con US$ 15 mil dólares para un viaje a Las Vegas de algunos jugadores veteranos de los Dolphins.
El conflicto se convirtió en escándalo cuando salieron a la luz pública mensajes de texto y de voz que Incognito envío a Martin, con declaraciones racistas, amenazas físicas e incluso amenazas a los familiares del tacle ofensivo.
Finalmente, ante todas estas revelaciones, los Dolphins decidieron suspender indefinitivamente a Incognito, mientras que la NFL inició una investigación independiente, a cargo de un abogado criminalista, quien debe elaborar y entregar un informe al comisionado de liga, Roger Goodell.
Curiosamente, la mayoría de los jugadores de los “Delfines” han salido a respaldar a Incognito, mientras que en la única entrevista que ha dado el acusado (el domingo pasado, a Jay Glazer de Fox Sports) dijo que era amigo de Martin, que sus dichos fueron en el marco de ese contexto y reveló mensajes de texto de Martin con un tono y un lenguaje similar, y que incluso el tacle ofensivo le mandó un SMS después de dejar los Dolphins en el que no lo culpaba a él por su alejamiento, sino a la “cultura” del fútbol americano dentro del camarín.
Incognito no quiso contestar si su trato con Martin era parte de una orden de los entrenadores del equipo de Miami para “enderezar” al joven jugador, como han revelado varios periodistas.
El lunes 11 de noviembre el dueño del equipo, Stephen Ross, habló con los medios de comunicación y dijo que se reunirá con Martin en los próximos días, ya que «nos importa mucho Jonathan». Además, anunció que un comité de cinco personalidades, donde destacan dos símbolos de los Dolphins como Don Shula y Dan Marino, crearán un código de conducta para la franquicia.
En medio de todo este escándalo, los Dolphins no han tenido tiempo de concentrarse en una campaña que comenzó muy bien, pero que en el transcurso de la temporada se ha vuelto mediocre y que se hizo aún más critica con la derrota ante los Tampa Bay Buccaneers por 19-22, en el partido del lunes por la noche. Esa fue la primera victoria de la temporada para los «Bucs» y Miami cayó a un récord de 4-5, complicando aún más sus opciones de llegar a los playoffs.
Más allá de las conclusiones del informe que recibirá Goodell y las posibles sanciones que determine la liga, este hecho tendrá duras repercusiones en la carrera de Incognito, de Martin (por hablar de los “secretos del camarín), pero también en el futuro del promisorio entrenador en jefe de los Dolphins, Joe Philbin, y del gerente general, Jeff Ireland. Lo más probable es que los cuatro mencionados no estén en el sur de Florida para la temporada 2014.
* Nota actualizada el martes 12 de noviembre a las 11 am con las declaraciones de Stephen Ross y el resultado de Buccaneers vs Dolphins.