En lo deportivo, la decisión de los Seahawks de transferir a Percy Harvin a los Jets por una selección a definir del Draft de 2015, no tiene sentido alguno. Es más, hubo que remontarse al traspaso de Eric Dickerson de los Rams a los Colts, en 1987, para encontrar algo tan inesperado.
Harvin fue transferido la temporada pasada de los Vikings a los Seahawks, pero no debutó hasta noviembre. De inmediato demostró toda su calidad, especialmente en el Super Bowl XLVIII ante los Broncos, donde fue una de las figuras en el histórico triunfo de Seattle.
Pero la decisión de la dirigencia de los Seahawks no tiene nada que ver con las actuaciones de Harvin dentro de la cancha –por más bajos que sean sus números de 2014- si no por los problemas que ha generado en el camarín, según reportaron en los últimos días varios medios en Estados Unidos.
Por ejemplo, el Seattle Times publicó que previo al último Super Bowl, Harvin y Golden Tate –ahora receptor de los Detroit Lions- se pelearon y este último terminó con un ojo morado. El mismo medio reporta que antes de un partido de pretemporada, Harvin también tuvo un severo altercado con el WR Doug Baldwin.
A su vez, el redactor Lance Zierlein contó vía Twitter que el ahora receptor de los Jets también casi se fue a las manos esta temporada con el mariscal Russell Wilson.
Además, en la derrota de los Seahawks ante los Cowboys, Harvin se habría negado a seguir jugando y se quedó sentado en la banca.
Percy Harvin tenía un contrato de seis años por US$ 67 millones, y con la transferencia al equipo de Nueva York, Seattle se ahorraría unos US$ 40 millones.