Hay pocas cosas claras en Halas Hall, el cuartel general de los Bears, en el norte de Chicago junto al Lago Michigan. De las pocas cosas que nadie duda es que la temporada 2014 ha sido un desastre y que entre los culpables destacan los nombres de Phil Emery (gerente general), Marc Trestman (entrenador en jefe) y Jay Cutler (el sobrepagado ex mariscal titular).
De ahí en adelante, todo es incertidumbre en la Ciuadad de los Vientos, especialmente porque muchos esperan una tormenta que cambie el estado actual de la franquicia.
Durante la semana previa a la fecha 16 de la NFL, Trestman tomó la decisión de enviar a la banca a Cutler debido a su mal rendimiento y entregarle el balón al QB suplente Jimmy Clausen, de escasa experiencia en la liga.
La vergonzosa suplencia para Cutler –un mariscal de gran brazo, pero sin control ni liderazgo- despertó rumores lógicos sobre su eventual salida la próxima temporada. Pero echarlo no será una tarea sencilla tomando en cuenta que a comienzos de año Emery le firmó una renovación por siete años a cambio de US$ 126,7 millones (con US$ 54 millones garantizados).
Por lo mismo, para 2015 Cutler tendrá un sueldo de US$ 15,5 millones, una carga difícil de asumir para cualquier equipo que quiera contratar a un jugador de paupérrimos números en la cancha y constantes problemas en el camarín.
De todas maneras, según Ian Rapoport de NFL Network, los Tennessee Titans manifestaron interés en Cutler luego de enterarse de la decisión de mandarlo a la banca.
Ahora, si pese a sus mediocres resultados, Jay Cutler es el jugador mejor pagado de la NFL en 2014, eso habla de los graves problemas dirigenciales de los Bears. Y por eso, antes del discutido mariscal, según diversos medios, los cambios en Chicago comenzarían por despedir al gerente general Phil Emery, el culpable de malas selecciones en el Draft; de despotenciar la defensiva; contratar a Marc Trestman y de, obviamente, hacerle ese contrato a Cutler.
Tras Emery, le seguiría el entrenador Trestman (más los coordinadores ofensivo y defensivo), quien volvió a demostrar que los éxitos en el fútbol americano canadiense rara vez se traducen a la NFL.
La nueva administración sería entonces la encargada de definir el futuro de Cutler -seguramente desde el 10 de marzo, cuando comience oficialmente la temporada 2015 de la NFL- teniendo en consideración por un lado que aunque transfieran al mariscal igual tendrían que hacerse cargo de parte de su sueldo, pero por otro que su estadía en Chicago es inviable debido el rechazo que el número 6 genera en la afición de los Bears.