Según los libros de historia, Princeton es la gran dinastía del fútbol americano universitario. Pero con un pequeño detalle: 20 de sus 28 títulos los obtuvo entre 1869 y 1899, y la validez de ellos es muy relativa, tomando en cuenta que muchas veces les bastó jugar un solo partido para ser “campeón”. Por lo tanto son estadísticas que nadie toma muy en serio; son en rigor parte del anecdotario en los albores de este deporte. Lo mismo pasa con la Universidad de Yale.

Los números de Alabama, en cambio, son otra cosa: su primer título (aunque todavía antes de la era de los ránking de AP y los entrenadores) data desde 1925 y desde entonces ha ganado con suficiente consistencia para ser la verdadera dinastía en la historia del fútbol americano universitario.

El último trofeo lo obtuvo recién el lunes 11 de enero luego de derrotar en un gran encuentro a Clemson por 45-40, en la final nacional del fútbol americano universitario para la temporada 2015, celebrada en Phoenix (VER highlights con lo mejor del partido). Los Tigers llegaban invictos, pero los Crimson Tide lograron llevarse el encuentro en el último cuarto, fundamentalmente gracias a una patada lateral de los cuadros especiales.

Este es el cuarto título de “Bama” en los últimos siete años, todos conseguidos bajó la dirección de Nick Saban, quien de a poco se acerca a la marca conseguida por la leyenda Bear Bryant, el entrenador que lideró a los Crimson Tide a seis títulos nacionales desde 1961 a 1979.

Aunque para muchos puede resultar un sacrilegio comparar a Saban con Bryant, a favor del primero se puede decir que ha logrado estos título en una era casi totalmente profesional del fútbol americano universitario (salvo, claro, que de manera muy injusta todavía no se le paga a los jugadores/estudiantes), con una expansión millonaria que en términos de negocio solo es superada por el béisbol de las Ligas Mayores y la NFL.

El problema ahora para Alabama es ver cómo pueden retener a Saban, quien tras su consistente éxito es Tuscaloosa es pretendido por las grúas de algunos equipos de la NFL, quienes también están interesados en su coordinador ofensivo, Lane Kiffin.