Primero que todo, el disclosure es esencial para que explicar por qué uno puede escribir de Jay Cutler, un jugador que en su mejor temporada fue mediocre. La respuesta es simple, soy hincha de Chicago Bears. El primer partido de fútbol americano que vi, grabado en video, fue el Super Bowl XX con triunfo de los “Osos” sobre los Patriots. Luego por un intercambio como estudiante viví muy cerca de la “Ciudad de los Vientos” y el primer encuentro de NFL al que asistí en vivo y en directo, fue uno de los Bears ante los Eagles, en Monday Night Football, obviamente en Soldier Field.
Aquel era el viejo Soldier, en 1989, con sus estructuras dóricas.
Hoy el estadio es distinto luego de la renovación a comienzos de siglo.
Los de la cancha también son diferentes. Claro, tal vez sea mucho pedir volver a tener jugadores como Mike Singletary, Richard Dent, Steve McMichael o Dan Hampton, que en los 80 formaron una de las defensas más temibles que jamás se viera en un campo de la NFL. Pero al menos, por esos 100 años de historia de los Bears; por esas iniciales GSH que los jugadores llevan en las mangas de sus camisetas recordando a George Stanley Halas, el fundador de los equipo, el actual elenco debería jugar con algo más de orgullo.
No es cualquier camiseta la que visten. No es la de un equipo creado hace poco, como los Texans. Los Bears son fundadores de la NFL, han ganado 9 títulos nacionales y el primero data desde 1921.
Pero nada de eso parece importarles a los jugadores de los “Osos” versión 2016 que el lunes 19 de septiembre, en casa, fueron ninguneados por los Eagles y un mariscal novato, como Carson Wentz.
Símbolo de la debacle y la pérdida de identidad que han tenido los Bears en los últimos años es Jay Cutler. Para un equipo que tradicionalmente ha destacado por sus defensas, la contratación que llevó a Cutler desde Denver a Chicago en 2009 lo hizo aterrizar en el aeropuerto de O’Hare como toda una figura.
Sin embargo, nunca ha ratificado toda la expectativa que se creó alrededor de él. En su mejor temporada, 2010, los Bears llegaron a la final de la NFC, pero Cutler casi no jugó la segunda mitad de ese duelo ante los Packers por una lesión a la rodilla y su falta de actitud le valieron múltiples críticas.
La noche del pasado lunes, en la derrota ante Philadelphia Eagles, Cutler hizo un resumen de su carrera: buen brazo, un par de pases decentes, cero en actitud, dos balones perdidos de manera incomprensible (fumble e intercepción), abandono por lesión y el abucheo generalizado cuando dejó la cancha.
La paciencia con Jay Cutler se agotó entre los hinchas, entre la prensa de Chicago y parece que también con sus compañeros, quienes nunca le han tenido gran estima tampoco. Las cámaras de Comcast Sportsnet captaron cuando el linebacker Pernell McPhee, capitán de la defensiva, le pegó un pechazo a Cutler, le gritó y, según varias versiones, le pedía con insultos que se “despertara”.
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— Matt Clapp (@DaBearNecess) September 20, 2016
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McPhee está inactivo por lesión, pero no pudo aguantar la frustración luego de la intercepción que Cutler le regaló a los Eagles y que a la larga, terminó sellando la victoria visitante en Soldier Field.
En las conferencias de prensa posteriores al partido, tanto Cutler como el entrenador en jefe, John Fox, le bajaron el perfil a la polémica.
Pero Fox debería tomarse más serio los problemas que genera su quarterback titular. La lesión de Cutler en el pulgar de su mano derecha le abre la opción al entrenador para desprenderse del mariscal y entregarle los controles al reserva Brian Hoyer por un buen tiempo. No ayudará a cambiar en nada el panorama deportivo de los Bears, pero al menos descomprimirá el ambiente en Chicago cargado de frustración por un equipo que domingo a domingo le falta el respeto al gran legado del pasado.