New England Patriots y Tom Brady son las únicas dos cosas destacadas del Super Bowl LIII disputado el primer domingo de febrero, en el Mercedes Benz Stadium de Atlanta. El equipo de Boston igualó a los Pittsburgh Steelers son seis títulos en la historia del Súper Tazón, pero la marca más importante es que el mariscal de 41 años se convirtió en el primer jugador con seis triunfos en la gran final de la NFL.

El primer título para Brady y los Patriots llegó el 2002, también ante los Rams, también un 3 de febrero. Exactamente 17 años después, la fórmula Brady-Belichick-Patriotas ha establecido una dinastía sin par, mayor a la de los Steelers en los 60 o la de los 49ers con Joe Montana. Lo más sorprendente es que van por más, ya que el mariscal desestimó cualquier intención de retiro y confirmó que su intención es jugar hasta los 45 años.

Hasta ahí las noticias positivas del Super Bowl de Atlanta.

Porque el resto va en la columna opuesta.

Por ejemplo, el triunfo 13-3 de los Patriots sobre los Rams se convirtió en el Super Bowl con menos puntos en la historia, al superar el 14-7 con que los Miami Dolphins vencieron a los Washington Redskins, en 1973.

HIGHLIGHTS DEL SUPER BOWL LIII 

Además, el Super Bowl LIII fue el primero sin touchdowns en los primeros tres cuartos.

Mucho se ha hablado del gran juego de las defensas, que sí te estuvieron en su nivel, pero fueron ayudadas por las decisiones erráticas de las ofensivas. Así lo confersaron tanto Tom Brady como Jared Goff (el joven mariscal de los Rams tras el partido).

Por ejemplo, los Patriots totalizaron 407 yardas ofensivas y los Rams apenas 260 yardas (solo 62 por tierra). En ambos casos, números muy por debajo de los dos partidos que jugaron en los playoffs previos a llegar al Super Bowl.

Salvo con ese pase de 29 yardas a Ron Gronkowski, antes del TD de los Patriots, ni el mismísimo Tom Brady tuvo un gran partido: 21 pases en 35 intentos, 262 yardas, y un par de errores en la intercepción del primer cuarto y al no convertir en 4º & 1 desde la yarda 32 de los Rams al final de la primera mitad.

Fiesta en Boston con los Patriots, preocupación en las oficinas de la NFL en Manhattan, ya que este mediocre Super Bowl generó números negativos, como por ejemplo, la final con menos rating desde el 2008.