A nadie le deberían sorprender los números del rating del Super Bowl LIII disputado en Atlanta. Apenas un TD, el peor partido de la historia, un ganador (los Patriots) que a esta altura no genera gran impacto mediático por lo repetido que está y un show de Medio Tiempo sin chispa a cargo de Maroon 5.

A eso suma que hace rato la audiencia de la NFL vienen en baja, especialmente ante la molestia de un buen número de estadounidense por las protestas de algunos jugadores afroamericanos a la hora del himno nacional y porque un buen número de personas prefieren los partidos en sus teléfonos inteligentes.

Ahora, claro, que la audiencia promedio bajara de los 100 millones, es un número que no gusta en las oficinas de la NFL en Manhattan.

El balance oficial es el siguiente: el rating fue de 41,1 puntos en CBS, con un promedio de televidentes de 98,2 millones, el peor registro desde 2008 y muy lejos de 114,4 millones que vieron el Super Bowl XLIX en el 2005, entre los Patriots y los Seahawks.

De todas maneras, a esos 98,2 millones (que es la principal base de comparación con los otros años), hay que sumarle las 2,6 millones de personas que vieron el partido por streaming online y los 473 mil que sintonizaron en Estados Unidos la transmisión en español de ESPN Deportes.