En un deporte de tanto contacto y esfuerzo como el fútbol americano, la idea es no sobrecargar a los jugadores en los entrenamientos, menos en el comienzo de la pretemporada, donde la mayoría de los ejercicios de campo son movimientos tácticos que no necesitan protección. Pese a eso, a los pocos días de abrir los campamentos, varios equipos han sufrido sensibles bajas que pueden complicar sus opciones durante la temporada.
El caso más llamativo ocurrió durante el último fin de semana de julio, cuando Dennis Pitta, ala ofensiva de los Ravens, se dislocó y fracturó la cadera, una grave lesión que lo deja ya fuera de toda la temporada. Con Pitta, quien anotó un touchdown en el último Super Bowl que Baltimore le ganó a San Francisco, el mariscal Joe Flacco pierde a una de sus alternativas preferidas en la ofensiva. Si a eso se suma que los «Cuervos» dejaron ir al receptor Anquan Boldin -firmó en marzo por los 49ers, como agente libre-, las posibilidades de que el equipo de John Harbaugh pueda repetir el título de la temporada 2012 se ven muy disminuidas.
Otro equipo que sufrió un duro golpe fue el de Philadelphia Eagles cuando el receptor Jeremy Maclin se rompió los ligamentos cruzados de una de sus rodillas. Un jugador clave para la ofensiva que construye el nuevo entrenador Chip Kelly, ya fue descartado por todo el 2013.
Aunque no resiente las posibilidades de su equipo, la lesión del centro Dan Koppen -también ligamentos cruzados, que se rompió en una práctica sin grandes exigencias- complica a los Broncos, ya que era el Plan B ante la ausencia de J.D. Walton (desde 2012 que no se recupera). Como medida de emergencia el equipo de Denver recurrió a la contratación de Ryan Lilja, ex Chiefs, quien jugó varios partidos en la posición junto a Peyton Manning, en los Colts.
Los Seahawks también perdieron por casi toda la temporada al receptor Percy Harvin, reciente contratación proveniente de los Vikings, luego de que decidiera someterse a una cirugía para reparar un problema que acarreaba en su cadera.