Un adolescente lidera a Clemson al título y vuelve loco a todo el fútbol americano Responder

Tomemos el DeLorean de Marty McFly, y adelantémonos en el tiempo.

Es abril de 2021 (¿ahora sí ya vuelan los autos?). Hay nervios y ansiedad en el edificio. Las cámaras se centran en un solo jugador. Alto, larga caballera rubia. ¿Dónde jugará finalmente? Hay un equipo que tiene la primera selección, pero son varios los que están dispuestos a transar lo que sea con tal de quedarse con los derechos de Trevor Lawrence y así cambiar el futuro de sus franquicias.

¿Por qué tanta emoción por este tal Lawrence?

Vamos de nuevo al DeLorean. Permiso profesor Emmett Brown… Por favor, viajemos al lunes 7 de enero de 2018 y ponga rumbo a Santa Clara, California.

Allá abajo se ve un estadio moderno e iluminado, hinchas con chaquetas y camisetas anaranjadas en éxtasis, y en la cancha se abrazan decenas de jugadores que tiene la marca de un tigre en sus cascos. Todos saludan al número 16. Es el tal Trevor Lawrence, el mariscal de campo, quien con apenas 19 años acaba de liderar a Clemson en una paliza histórica de 44-16 contra el poderoso Alabama del coach Nick Saban, en la final nacional del fútbol americano universitario.

Al día siguiente, todos hablan de Lawrence. Es el QB del futuro, aseguran. Casi dos metros de estatura, 98 kilos y un brazo que solo debe mejorar en calidad de lanzamiento y fuerza del envío en los años por venir. Pero no es todo. Lawrence se nota aterrizado y maduro, adentro y afuera de la cancha (¿aló, Jameis Winston? ¿aló, Johnny Manziel?). Fue así que en el cuarto partido de la temporada regular, el novato convenció al entrenador Dabo Swinney que él era mejor alternativa que el senior Kelly Bryant (quien finalmente pidió transferencia de universidad y en 2019 jugará su último año en Missouri) y lideró a los «Tigres» de Clemson a una campaña invicta, con triunfos finales nada menos que contra Notre Dame y Alabama en los playoffs.

Pero claro, como siempre hay un problema: la NFL tiene un reglamento que exige como mínimo que transcurran tres años entre que un jugador se gradúa de la secundaria y firma en la liga de fútbol americano profesional. Lo hacen para proteger física y sicológicamente a los jóvenes talentos. Medida que suena lógica y atendible, pero que hoy tiene a los Arizona Cardinals –primera selección del Draft 2019- pegándose cabezazos contra las paredes porque Lawrence (jugador de primer año universitario) no estará disponible en Nashville, el próximo 25 de abril.

La liga y los hinchas tendrán que esperar hasta la temporada 2021 para ver a Trevor Lawrence en la NFL.

Por ahora, el melenudo mariscal de campo seguirá en la Universidad de Clemson, que gracias a la presencia del número 16 entre sus filas, apuesta por desplazar a Alabama y convertirse en la nueva gran potencia de la NCAA.

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