El nuevo campeonato parte este sábado 8 de febrero con ocho equipos y promete llenar el vacío que deja la NFL. El dueño es el billonario Vince McMahon, que esta vez espera no fracasar como el 2001.
La NFL es, por lejos, la liga deportiva más popular y rentable de Estados Unidos. La NBA y la Major League Baseball palidecen ante este gigante deportivo. Pero debido al rigor, dureza y violencia del fútbol americano, cada equipo juega solo 16 partidos, y la temporada -incluyendo el Super Bowl- va desde la primera semana de septiembre hasta el primer domingo de febrero.
Es decir, son casi siete meses sin partidos oficiales, que despiertan el apetito empresarial por ocupar este vacío para los hinchas y así sacarle una tajadita a la popularidad de la NFL. El problema es que ha habido varios intentos, y ninguna ha sido capaz de perdurar en el tiempo.
El más cercano el año pasado acabó en estruendoso fracaso, cuando la Alliance of American Football tuvo que terminar anticipadamente su primera temporada de ocho equipos sin ni siquiera disputar la final del campeonato.
Algo similar le pasó a la XFL el 2001, que pese a nacer de la alianza comercial entre la WWF (la federación de lucha libre creada por Vince McMahon) y la cadena NBC, cerró después de una temporada debido al bajo rating de los partidos y a que el reglamento era muy distinto al tradicional de la NFL. Al menos ellos sí pudieron disputar la final que los Los Angeles Xtreme le ganaron a los San Francisco Demons.
Ahora McMahon, ya todo un billonario, apuesta de nuevo por la XFL para 2020 con un campeonato de ocho equipos y una temporada de tres meses, que comenzará en febrero el sábado siguiente al Super Bowl y terminará en el domingo posterior al Draft de la NFL, a fines de abril.
Eso sí, el reconocido Vince McMahon parece haber aprendido de los errores del 2001, y la nueva XFL será más sobria y parecida a la NFL tradicional, lejos del sexismo y la violencia característica de la lucha libre que arruinó el intento de comienzos de siglo.
Los ochos equipos del 2020 estarán casi todos en ciudades que también tienen una franquicia de NFL, salvo el de St. Louis que llegará a ocupar el espacio que dejaron los Rams cuando se fueron a Los Ángeles:
- Dallas Renegades (jugarán en el Globe Life Park, el antiguo estadio de los Texas Rangers de la MLB)
- D.C. Defenders (Audi Field, recinto de la MLS)
- Houston Roughnecks (en el estadio de la Universidad de Houston)
- Los Angeles Wilcats (Dignity Health Sports Park, el recinto que ocupaban los Chargers).
- New York Guardians (MetLife Stadium, el mismo de los Giants y los Jets).
- St. Louis BattleHawks (The Dome at America´s Center, el ex estadio de los Rams).
- Seattle Dragons (CenturyLink Field, el mismo de los Seahawks).
- Tampa Bay Vipers (Raymond James Stadium, el mismo de los Buccaneers y sede del Super Bowl LV).
Uno de los objetivos de la XFL es mantener un presupuesto bien acotado y por eso, en promedio, cada jugador recibirá un total de US$ 50 mil por jugar los 10 partidos de la temporada regular. De todas maneras, algunos mariscales de campo recibirán US$ 500 mil por campeonato, cifra que se acerca al mínimo salarial de la NFL.
Eso ha impedido que al menos en su primera temporada la XFL tengan grandes nombres. Destacan el del QB Landry Jones en Dallas (ex de los Steelers), el QB Josh Johnson en Los Angeles (en 2018 jugó tres partidos como titular con los Redskins), el QB Matt McGloin (ex Raiders), el S Matt Elam en D.C. (ex de los Ravens) y algunos nombres de destacada carrera en el fútbol americano universitario, como el QB Aaron Murray, quien intentará demostrar en Tampa todo lo bueno que hizo en la Universidad de Georgia.
Todos ellos tendrán que adaptarse a algunos cambios menores al reglamento tradicional de la NFL:
- Los partidos serán más rápidos. La apuesta es que duren en promedios dos horas y 45 minutos, unos 25 minutos menos que el promedio de un duelo en la NFL.
- El marcador del partido no se detendrá ante un paso incompleto, salvo en los últimos dos minutos de cada mitad.
- El mediotiempo se acortará a 10 minutos, en vez de los 12 de la NFL.
- No existirá la patada de conversión después de cada touchdown. En vez de eso, los equipos apostarán por una conversión de un punto desde la yarda 2; de dos puntos desde la yarda 5, y de tres puntos desde la yarda 10. Es decir, un TD puede llegar a sumar hasta nueve puntos. Actualmente en la NFL, el máximo es de ocho puntos.
- En las patadas de kickoffs, los equipos se alinearán en la yarda 30 y 35, respectivamente, y no se podrán mover hasta que el receptor reciba la ovalada. Se busca así avanzar el máximo posible.
- Así también habrá importantes modificaciones en las patadas de despeje. Si una pelota se va a la zona de anotación o sale por el costado, el equipo receptor partirá desde la yarda 35 propia. Además, nadie puede comenzar a correr hasta que el balón es pateado.
- En el tiempo extra, cada equipo tendrá una oportunidad de anotar desde la yarda 5. Ganará el primero que logre sacar diferencias.
¿Resultará todo esto? Lo sabremos desde el sábado 8 de febrero, cuando los DC Defenders reciban a los Seattle Dragons (partido que en Sudamérica se podrá ver por ESPN Play). La gran diferencia de esta XFL con la del 2001 y con la Alliance of American Football es Vince McMahon: ahora creó una liga deportiva, no un show; dejó la administración en alguien con experiencia como Oliver Luck (fue presidente de NFL Europa) y además tiene suficiente dinero para bancar esta nueva competencia de fútbol americano por un par de temporadas.