Los cambios de nombres no son cosa nueva en la NFL y en general en las grandes ligas deportivas de Estados Unidos. Los Oilers se fueron de Houston a Nashville y como el apodo de “petroleros” no tenía nada que ver con Tennessee, finalmente la franquicia fue rebautizada como Titans. En la NBA, quizás el mayor ejemplo es el de los Seattle Supersonics, que tras la mudanza a Oklahoma tomaron el nombre de Thunder. Y sin ir más lejos, en la misma ciudad de Washington, el equipo de básquetbol se deshizo del apodo Bullets para adoptar el de Wizards.
Pero ninguno de estos casos les llega a los talones al impacto que generó el anuncio del equipo de Washington de la NFL de desechar su histórico nombre de Redskins, ya que el apelativo que usaron durante 87 años (“pieles rojas” en castellano) es considerado racista y ofensivo para los pueblos originarios de Estados Unidos.
Las protestas y reclamos contra el equipo de Washington y su vilipendiado nombre no son nuevas. Desde hace años comunidades de pueblos originarios reclamaban por el nombre racista y la utilización de símbolos propios de su historia. Además, algunos medios de comunicación tomaron la decisión de dejar de usar el nombre “Redskins” y hasta en un partido de Sunday Night Football, visto en todo Estados Unidos. el afamado relator Bob Costas hizo una poderosa editorial en la que calificó como un insulto el nombre de “pieles rojas”.
Pero, aun así, el cuestionado y polémico dueño de la franquicia, Daniel Snyder, resistió todo los embates y desechó rápidamente cualquier idea de cambio. La liga tampoco se mostró muy interesada en presionarlo… Pero el 25 de mayo de este año todo cambió en Estados Unidos. Ese día, la policía de Minneapolis asesinó al ciudadano afroamericano George Floyd y la brutalidad de las imágenes llevó a las calles norteamericanas la ira de las minorías étnicas -especialmente la de los afroamericanos- hastiados de los abusos y el racimo de la sociedad en que viven.
Cayeron estatuas, banderas, símbolos confederados y con el correr de los días el debate sobre el racismo se volvió a instalar en Estados Unidos, pero esta vez con una fuerza no vista desde la década de los 60 durante la lucha por los Derechos Civiles. El deporte no fue la excepción. La NFL tampoco. Y así como hace años Colin Kaepernick se convirtió en un paria de la liga por arrodillarse durante el himno de EEUU para denunciar la brutalidad policial, ahora el comisionado Roger Goodell rápidamente ofreció disculpas por no haber hecho más por las minorías raciales.
Y así como Goodell pasó a apoyar públicamente a Kaepernick y a mostrarse favorable de cualquier manifestación de parte de los jugadores, también, según todas las versiones periodísticas, la liga comenzó a conversar de manera privada con el dueño de la franquicia de Washington para cambiar el polémico nombre de “Redskins”. Se sumaron las solicitudes públicas de algunos socios comerciales (como FedEx, Pepsi y la decisión de Nike de remover toda la indumentaria del equipo de la capital de su sitio web) y el 13 de julio de 2020 se hizo el anuncio oficial: a modo de transición, el nuevo nombre será “Washington Football Team”, se mantienen los colores escarlata y dorado; en redes sociales se ocupará una “W”, y en el casco cada jugador llevará su número al estilo del famoso equipo de fútbol americano de la Universidad de Alabama.
Pero los cambios para esta temporada 2020 de la NFL no paran ahí.
Los Chiefs de Kansas City, flamantes campeones del Super Bowl, impusieron severas restricciones a sus hinchas, y no solo las que limitarán la asistencia al estadio producto de la pandemia del coronavirus: según se indicó en un comunicado, y luego de varias conversaciones con representantes de las comunidades de pueblos nativos, se prohibirá a los hinchas ingresar a Arrowhead con los tocados de pluma y tampoco se podrán pintar la cara con algún “diseño que haga referencia o se apropie de la cultura y tradiciones de indios americanos”.
Además, el equipo de Kansas City (que ocupa un hacha tomahawk india como logo en su casco) anunció que revisará otras tradiciones de sus partidos, como el “Drum Deck”, una zona del estadio donde hinchas y jugadores golpean un tambor gigante, y el “Arrowhead Chop”, un movimiento del brazo similar al golpe de un hacha que va acompañado de un canto que supuestamente replica el llamado a guerra de las tribus originarias.
En otros deportes, los Cleveland Indians de las Ligas Mayores del Béisbol enfrentan cambios similares: desde 2019 que no ocupan la imagen del Chief Wahoo (un indio sonriente de piel muy roja) y luego de las protestas por la muerte de George Floyd anunciaron que el nombre de la franquicia también entraba a revisión.
El jueves 10 de septiembre comienza una temporada distinta y especial de la NFL. Por un lado, la devastadora pandemia del coronavirus ha tenido a la liga al borde del precipicio y será la preocupación latente de todos. Por otro lado, cambios más profundos han encontrado al fin el camino a la superficie para intentar equilibrar el terreno social y racial en una de las ligas más conservadoras de Estados Unidos.