El 11 de agosto la conferencia del Big Ten anunció que no disputaría la temporada 2020 del fútbol americano universitario. Un golpe durísimo para una de las ligas más populares de Estados Unidos, ya que significa la deserción de equipos como Ohio State, Michigan y Penn State. Ese mismo día, la Pac-12 (USC, UCLA, Stanford y Oregon, entre otras) siguió el mismo camino.
Cuando ya se pensaba que todo el campeonato del 2020 estaba en riesgo, las otras tres grandes conferencias (SEC, ACC y Big 12) confirmaron que sí disputarían la temporada. Tuvieron que hacer ajustes, claro: se retrasó el comienzo y se acortó la temporada, pero torneo se puso en marcha la segunda semana de septiembre.
Ver los partidos por televisión del resto de las conferencias, más la petición de entrenadores y jugadores, fueron clave para que el miércoles 16 de septiembre las 14 universidades que conforman la Big Ten (originalmente eran 10 centros de estudios, pero se han expandido en los últimos años) votaran para dar pie atrás y disputar la temporada 2020. Los factores económicos también pesaron, y mucho, ya que gracias a los derechos de televisión las universidades reciben decenas de millones de dólares.
Aunque todavía no está armado el calendario, sí se sabe que comienzan a jugar el 24 de octubre, que cada equipo disputará solo ocho partidos (cuatro menos que una temporada regular) y que la final de conferencia se disputaría el 19 de diciembre. Además, se implementarán protocolos sanitarios muy estrictos para proteger la salud de los jugadores y el cuerpo técnico de cada equipo.
La decisión de la Big Ten permitirá ver en acción a Ohio State, uno de los grandes candidatos al título esta temporada, y al mariscal de los Buckeyes, Justin Fields, quien aparece como uno de los rivales de Trevor Lawrence (QB de Clemson) para ganar el Trofeo Heisman al mejor jugador del campeonato.
En los próximos días, la conferencia Pac-12 podría hacer un anuncio similar. Las universidades de California ya lograron los permisos del gobernador para entrenar, pese a las restricciones que impone la pandemia del coronavirus. Las de Oregon también. Ahora falta que se definan los protocolos sanitarios y el calendario, para ver si alcanzan a terminar el campeonato antes de que el 20 de diciembre un comité defina los equipos que irán por el título nacional y los principales tazones de postemporada.