Los Angeles cumplirá 20 años sin un equipo de NFL Responder

El 24 de diciembre de 1994 la ciudad de Los Angeles obtuvo todo lo contrario a un regalo navideño, especialmente los hinchas del fútbol americano: esa fecha marca el último partido de la NFL que se disputó en la segunda ciudad más grande de Estados Unidos. En la misma jornada perdieron los Raiders (ante los Chiefs) y los Rams (contra los Redskins), y la temporada siguiente ambos equipos tomaron nuevos rumbos, uno a Oakland, el otro a Saint Louis. Desde entonces la liga perdió toda presencia en L.A., incluyendo la recepción del Super Bowl.

La pérdida más sensible fue la de los Rams. La franquicia había llegado desde Cleveland en 1946 y rápidamente se ganó el cariño de una ciudad que por entonces no tenía a los Lakers (aún en Minneapolis) ni a los Dodgers (por esos años todavía en Brooklyn). El equipo ganó dos títulos nacionales en la era anterior al Super Bowl, tuvo grandes campañas en los 70 y llegó a la final de la NFL en 1980, pero en los 90 la dueña no obtuvo de la ciudad de Anaheim el anhelado nuevo y lujoso estadio que pedía, y decidió mudarse a Saint Louis.

La relación con los Raiders es más oscura y nada de romántica: el dueño de la franquicia realizó una apuesta comercial al dejar Oakland en 1982 pero nunca le remodelaron el Coliseo de Los Angeles (en la foto) como él deseaba, y en 1994 se regresó al norte de California. Además, los colores y logo del equipo fueron adoptados por las pandillas de la ciudad, generando una muy mala imagen ante los ojos de la NFL.

La pérdida del segundo mercado comercial más grande de Estados Unidos  no mermó el gran salto que tuvo la liga en esos años y hoy la situación de Los Angeles sigue distante, principalmente por la falta de un estadio moderno y de franquicias en crisis que quieran mudarse a la ciudad de California.

En el primer caso, en los papeles ya existe un ambicioso proyecto para un nuevo y lujoso estadio que costarías más de mil millones de dólares. Pero todavía están lejos de la aprobación definitiva y más aún de la construcción. Por lo tanto, hasta que eso no ocurra, los eventuales interesados, como Rams y Chargers (a los primeros se les acaba el contrato con St. Louis por el uso del estadio, mientras que los segundos no están ni cerca de lograr un acuerdo con la ciudad de San Diego para que les construya un nuevo recinto), deberán esperar varios años más.

Sin equipo, tampoco existe opción de ser sede de un Super Bowl, ya que las nuevas políticas de la NFL exigen que la final de la liga se juegue exclusivamente en el estadio de una de las 32 franquicias. Por lo mismo, el 31 de enero de 1993 está marcado -todavía- como la última fecha en que el Super Tazón estuvo en Los Angeles (en rigor, en el suburbio de Pasadena).

El comisionado Roger Goodell ha dicho que desea volver a Los Angeles, pero a su vez la liga ha sido igual de enfática en señalar que los derechos sobre la ciudad le pertenecen a la NFL, que ningún club podrá negociar de manera particular y que ellos decidirán cuándo y qué franquicia se muda.

La NFL también está muy interesada en Londres, especialmente gracias al gran éxito comercial que han tenido los partidos que se juegan en la capital británica, y que en 2014 llegarán a tres. Por lo mismo, para algunos analistas, Londres tiene una ventaja sobre Los Angeles, ya que además existen dudas fundadas de que en dicha ciudad de California el fútbol americano profesional tenga una gran base de hinchas, situación reafirmada hace pocos días por el afamado ex corredor Eric Dickerson, quien jugó varios años por los Rams en los 80.

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